Hasta siempre!!!
Sara Montiel
"Saritísima"
Adios a la diva de los puros, estrella de Hollywood.
Fue la primera actriz española en conquistar Hollywood se casó con Anthony Mann y deslumbró a Gary Cooper, Burt Lancaster y Marlon Brando.
El cénit de su carrera llegó con "La violetera", con la que se convirtió en la actriz mejor pagada del mundo, con un contrato de más de un millón de dólares.
En su biografía aseguró que de joven se juró no tener ningún amo, como sus padres labriegos de La Mancha.
Ernest Hemingway le enseñó a fumar puros, se casó con Anthony Mann, flirteó con Gary Cooper y protagonizó el clásico musical "El último cuplé". Estrella de la pantalla y la canción Sara Montiel "Saritísima" falleció el pasado dia 8 a los 85 años de edad entre el glamour, la leyenda y el exceso.
"Siempre ha parecido que tengo menos edad, por mi cutis y por mis pierrnas que valen un potosí" decía ya en 1991. Maria Antonia Abad, más conocida como Sara Montiel, diva del cine, la canción y también musa de los kitsch que ha demostrado hasta el final personalidad y capacidad de autoparodia. Cuando hace ocho años el Ateneo de Madrid le rindió un homenaje como actriz, comentaba sus películas diciendo: "Todavía no necesitaba ponerme pómulos" o "entonces los labios no se llevan como morcillas".
La actriz ha mantenido su genio hasta sus últimos dias. Aseguró que en ciertos momentos una voz interior le decía: "Antonia tienes que parar", pero también amenazó: "Si paro me aburro como una ostra, y eso que he trabajado como una negra toda mi vida, desde los 13 años".
La actriz y cantante, resumió los pormenores de su intensa biografía en "Vivir es un placer", comenzando por su nacimiento, el 10 de marzo de 1928 en Campo de Criptana (Ciudad Real) y pasando por sus romances de Miguel Mihura, Anthony Mann, León Felipe o Severo Ochoa.
"Nací de pie, pero nací y aunque no hubiera hecho "El último cuplé" habría llegado arriba por un lado o por otro", dijo en una ocasión, aunque ya más seria, reconoció que en su entorno rural se hizo una promesa: "Me juré no tener ningún amo, ser pájaro libre y lo he cumplido".
En el pueblo escuchaba de niña a sus padres, labriegos, llamar amos a sus señores, y se juró romper con ese destino, ayudada por su físico espectacular.
Desde muy pequeña su belleza cautivaba a propios y extraños, como también sus dotes artísticas, en las que mostraba un estilo cada vez más peculiar. Fue descubierta cuando cantaba una saeta en la Semana Santa de Orihuela (Alicante). Cuando tuvo su primer éxito cinematográfico con "Locura de amor", a finales de los 40, la gente salía de las salas diciendo: "la que está buenísima es la mala", explicaba ella en una ocasión.
La escapatoria estaba en México, donde se convirtió en una de las reinas del melodrama "Cuando llegué a México me encontré con otro mundo, otra vida. Allí es donde me hice Sara Montiel", reconocía.
Pero donde impactaría internacionalmente fue en Hollywood, donde se casó con el maestro del western Anthony Mann (director también de "El Cid" y "La caida del Imperio Romano" ("The Fall of the Roman Empire") aunque había llegado sin saber inglés y sin padrinos.
"Yo no era novia de nadie, era Sara Montiel desde un principio y trabajé muchísimo" explica con sus rasgos raciales, deslumbró a Gary Cooper y Burt Lancaster en "Veracruz" ("Vera Cruz") donde conoció a Marlon Brando. "El me enseñó el desyuno tejano y le hablé de los huevos a la manchega que hacia yo y, sin más, se presentó a las 7 de la mañana en casa para probarlos", recordaba.
Pero Los Angeles no era su lugar. "No me quise quedar con la Warner porque pensé que seguro que me daban otro papel de india sioux", explicaba y se fue a España donde le esperaban nuevos éxitos. "El momento de mi carrera del que me siento más satisfecha, es cuando hice "El último cuplé" y "La violetera". Tenía 29 años, y quisiera volver y tener otra vez 29 años, y tener todo el espíritu grande que yo lo sigo teniendo, porque me encanta lo que hago y adoro mi trabajo", recordaría años después.
"El último cuplé", estrenada en 1957, la situó como una de las artistas más taquilleras de aquella década y también la descubrió como magnífica intérprete de este género, afirmándose ante ella otra de su exitosas carreras, la musical. Con "La violetera", se convirtió en la actriz mejor pagada del mundo hasta la fecha, después de firmar un contrato en más de un millón de dólares por película.
En su vuelta a su pais, se reencontró con la dictadura y Sara Montiel, a su manera, se comprometió con la política. "Siempre con mis ideas por dentro y no muy calladita. En 1963 ya dije que era socialísta", dijo. "Ese señor del bigote no tiene ni medio polvo" fue su manera de descalificar a José Maria Aznar en 1993, haciendo campaña a favor de los socialístas.
También criticó al Gobierno en 2011 cuando aplicó la ley antitabaco, que consideró "muy radical" por negarle una de sus señas de identidad, el puro. Le había enseñado a fumarlos nada menos que Ernest Hemingway y su tema más conocido como cantante se llamaba "Fumando espero". "Pero Sara Montiel sin su puro hubiese segido siendo Sara Montiel", dijo también.
Con la llegada de la democracia, en cambio, la artista manchega dejó el cine por no querer desnudarse. "Veia a Carmen Sevilla o Nadiuska con los pechos al aire, yo tenía 43 años y estaba como un tren. Me ofrecían millonadas. Pero yo preferí que el público me recordara como era", se justificó.
Y en los ochenta y los noventa se centró en la canción, interpretando seductoras canciones a la estela de un puro: "Fumando espero", "Besame mucho" o "Amado mio". También se convirtió en un rostro habitual de las revistas del corazón o en programas de televisión donde exigía, según las malas lenguas, poner una media en el objetivo de la cámara para disimular sus imperfecciones.
Con la llegada del siglo XXI, su carácter excesivo, su atípica familia, con sus hijos adoptados Thais y Zeus, y su aspecto barroco la convirtieron en una diva de lo kitsch y en un icono de la comunidad homosexual. "Cuando voy a actuar a alguna ciudad de Estados Unidos están todos los gays de la ciudad", reflexionaba.
Al cumplir 80 años afirmaba triunfal. "No lo aparento". Y hace dos años resumió su incombustibilidad. "Dios me está dando una salud de hierro. Tengo fuerza fisicamente, conservo la voz y me muevo muy bien".
Maria Antonia Abad Fernández - 10 - marzo - 1928 - Campo de Criptana (Ciudad Real) - 8 - abril - 2013 - Madrid
¡DESCANSE EN PAZ!
"Abrió las puertas internacionales a nuestros actores" (Enrique Cornejo)
"Dió a conocer a todo el mundo lo que es Castilla La Mancha" (Mª Dolores de Cospedal)
"Es la mujer de mi vida" (Giancarlo Viola")
0 comentarios