La strada - 1954
"Creo que he realizado esta película porque me he enamorado de esa niña-viejita un poco loca y un poco santa, de ese payaso despreñado, ridiculo y tierno que he llamado Gelsomina y que aún hoy, consigue llenarme de melancolía cuando oigo el sonido de su trompeta". (Federico Fellini).
Obra maestra del neorrealísmo italiano y de género dramático con un guión de Tullio Pinelli. Un guionísta nacido en Turin (Italia). Trabajó inicialmente como abogado mientras escribia teatro, su obra "Los padres etruscos" le valió un contrato para el cine que cambió su vida. Trabajó con Fellini y Rossellini en "El amor de 1948", adaptación de "La voz humana" de Jean Cocteau, película donde añadió "El milagro", donde inicialmente el mismo Fellini actuaba cono San José. En 1949 adaptó "El molino del Po" de Alberto Lattuada y "La Estepa" basada en una obra de Antón Chejov.
Pinelli supo captar y trasladar al guión las ideas de Fellini. Trabajó en ocho películas con Pietro Germi entre 1951 y 1972, con Mario Monicelli y con Vittorio de Sica en "El jardin de los Finzi Contini"-1971.
El segundo guionísta y a la vez director de la película fue Federico Fellini. Un cineasta nacido en Rimini (Italia). La valoración de Fellini ha fluctuado con el paso del tiempo reconocido mundialmente en los años sesenta como uno de los grandes maestros, su obra ha sido acusada recientemente de ser demasiado sentimental e inusual, poco eficaz, carente de orientación politica y excesivamente preciosísta desde el punto de vista visual.
Aquellas cualidades de sus películas que en determinado momento parecieron audaces y novedosas (la celebración de los inadaptados y los parias, el paso del realísmo a la fantasia y viceversa y la presentación de la decadencia y de la criminalidad sin condenarlas) tienden a verse hoy ensombrecidas por aquellas que, en otro tiempo parecian más tranquilizadoras y tradicionales: el compromiso con la narrativa y la caracterización, la transmisión de las emociones, el optimísmo subyacente y el amor por el mundo del espectáculo y el artificio.
Fellini accedió a la industria del cine a principio de los cuarenta como guionísta y actor ocasional. Sus primeras películas como director mostraban ya sus preocupaciones, pero lo que hoy se denomina estilo Fellini se fue perfeccionando a lo largo de tres obras maestras consecutivas, "La strada"-1954, "Almas sin conciencia" (Il bidone"-1955 y "Las noches de Cabiria" ("Le notti di Cabiria"-1957), quizá su mejor película. En las tres participó su esposa la actriz Giulietta Masina.
Estas películas, extrañas pero totalmente accesibles son visualmente imaginativas y poseen una rica textura, combinando la excentridad inquebrantable con una atractiva simplicidad y una generosidad de espiritu. Los argumentos de las tres películas son deptimentes. La primera presenta el personaje interpretado por Masina como una muchacha ingenua a la que su madre vende a un forzudo protagonizado por Anthony Quinn, él la maltrata y la rechaza, y sólo descubre su verdadero valor cuando ella muere. La segunda es la historia picaresca de una banda de estafadores itinerantes, disfrazados de sacerdotes, que roban a los pobres. En ella Masina hizo un papel secundario poco lucido de ama de casa, pero en la tercera protaginizó a una ingenua prostituta, cuyos sueños de amor y de felicidad se enfrentan sin cesar a la tristeza y a la mala suerte.
El estilo propio de Fellini eleva estas películas por encima del realísmo, casi hasta el rango de cuento de hadas, con brillos exteriores, una composición estilizada, un reparto de actores secundarios rico y a veces grotesco, partituras fascinantes y distintivas compuestas por Nino Rota y las increibles interpretaciones de Masina. Su climax dramáticos transcienden su pesimismo inmediato para convertirse en experiencias profundamente conmovedoras para el espectador, catárticas más epifanias que tragedias.
"La dolce vita"-1960, que confirmó y consolidó el prestigio internacional de Fellini, es brillante, elegante y sigue siendo relevante por sus excepticos valores frente a una sociedad que se aleja de sus valores más esenciales. Su rasgo más característico sigue siendo su postura de objetividad total, como el enorme Cristo que vuela por encima de Roma. Pero se detecta una fuerte confianza en si mismo, nueva en este director, una especie de taquigrafía metodológica que parece sugerir que Fellini sabia ya que se había consolidado y que podría permitirse asumir el papel de maestro, ostentoso y menos riguroso. Con "8 1/2"-1963 volvió la vista hacia dentro; a pesar de su habitual maestria de estilo, parece mostrar su atisbo de autoindulgencia, un intento de convertir el bloqueo de un director en una crisis existencial.
Se podria decir que el fuerte sentimiento que tenia Fellini de si mismo como autor acabó apoderándose de él después de 1963: "Satiricón"-1969 y "Casanova de Fellini"-1976 parecen un momumento a su orgullo desmedido. Sus películas posteriores son todas dignas de verse, pero solo "Amarcord"-1973 es realmente imprescindible. Fellini no temia que le tacharan de iluso, pero nunca consiguió superar el nivel de las tres películas realizadas antes que "La dolce vita".
Asi pues, el maestro italiano nos lleva a un lugar de Italia en los primeros años de la posguerra, y nos cuenta la historia de una muchacha, llamada Gelsomina, que es vendida por su madre a un forzudo actor de circo, llamado Zampanó, el cual la trata con rudeza, agresiones verbales y abusos. Ella lo soporta todo con resignación, mientras huye de la realidad a través de sus sueños. En un circo coinciden con un funambulísta, alegre, jovial, excentrico, amable y respetuoso, que entabla amistad con Gelsomina y provoca los celos de Zampanó...
La película se centra en la descripción de dos personajes contrapuestos, unidos por el azar, que viven en un carromato montado sobre una vieja motocicleta.
El se gana la vida haciendo un número ciecense de fuerza: es presuntuoso, agresivo, irascible y brabucón. Ella, mucho mas joven, es sencilla, inocente, ingenua, generosa y pacífica, pese a que su vida está marcada por la violencia. Cuando nace en ellos un atisbo de amor, este no consigue aflorar a causa del orgullo de él y la timidez de ella. Ambos comparten una profunda soledad de marginación, desarriego y miseria, que se enmarca en la insolización de la pobreza de Italia tras la Segunda Guerra Mundial.
La tragedia de los protagonístas y de quienes le rodean, es marcada con un lirismo sorprendente y con toques de humor. La asociación de poesia y tragedia constituye el rasgo más sobresaliente de la pelìcula. La playa es el lugar de encuentro, recreo, refugio y despedida, en el que los personajes buscan ayuda, reposo, trabajo y amor.
La banda sonora fue creada por Nino Rota. Un compositor nacido en Milán. Estudió en Roma con Alfredo Casella e Ildebrando Pizzetti, entre otros. Profesor del Liceo Musical de Bari, del que llegaría a ser director. Ganó una beca para estudiar en el Curtis Institute of Music de Filadelfia. Fue maestro del director Ricardo Muti. El estilo de Nino Rota, neorromántico, queda inscrito dentro de la tonalidad, bien acorde con su don innato de melodísta. Escribió música para piano, música de cámara y música sinfónica, dejando tres sinfonías y varios conciertos. Entre sus bandas sonoras para el cine cabe de destacar "El Padrino II"-1974 por la que logró el codiciado Oscar, puesto que fué nominado en numerosas ocasiones.
Y aqui, creando una melodia central presentando una progresión sorprendente: Gelsomina la balbucea fragmentariamente al principio la completa gracias al funambulísta (que la interpreta con un violín de miniatura), la repite con la trompeta de Zampanó y al final suena en formato orquestal, de recuerdo y homenaje.
La fotografía en blanco y negro fue obra de Otello Martelli. Un director de fotografía nacido en Roma. Asiduo colaborador de Roberto Rossellini, Federico Fellini y Vittorio De Sica entre otros. Aunque especialmente fue colaborador habitual de Fellini desde 1950 con películas como: "La strada"-1954 y "La dolce vita"-1960.
Y aqui, extrayendo el rostro de Giulietta Masina con expresiones antológicas, en tomas tan expresivas como fugaces. Presenta además travellings que subrayan el sentimiento de estar siempre en camino hacia un destino incierto y sin fin.
Soberbias las interpretaciones de la pareja protagonísta comenzando por Giulietta Masina, "Las noches de Cabiria" (Le notti di Cabiria"-1957), metida en el cuerpo de Gelsomina. Y Anthony Quinn, "Lawrence de Arabia"-1962, en el papel de Zampanó. Y con ellos otro grande del cine internacional Richard Basehart, "Los hermanos Karamazov" ("The Brothers Karamazov"-1958), como el funambulísta.
En definitiva: Una obra maestra del neorrealísmo italiano. Una película para revisar una y otra vez por todo lo que contiene. Una película Imprescindible.
"La strada" logró el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa.
7 comentarios
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