Marcelino, pan y vino -1954
Marcelino: ¿qué hacen las madres?
Cristo: dar, Marcelino, siempre dar.
M: ¿y qué dan?
C: dan todo, se dan a si mismas. Dan a sus hijos sus vidas y le dan sus ojos, hasta quedarse viejas y arrugadas.
M: ¿y feas?
C: feas no, Marcelino. Las madres nunca son feas.
Muy bonita película de género dramático-religioso y podría decirse que todo un clásico del cine español.
"Marcelino, pan y vino" está basada en un cuento de José María Sánchez Silva, "Historias de mi calle"-1954. Un escritor nacido en Madrid y muy famoso por sus obras para el público infantil. Sus primeros pasos fueron como escritor en la revista La Tierra. Durante la Guerra Civil permaneció en la zona republicana y en 1939 comenzó a trabajar como periodísta en el diario Arriba, donde llegó a se subdirector. Junto con José Luis Sáenz de Heredia, fue autor de la película "Franco: ese hombre"-1964, biografía en la que colaboró el mismo dictador con el beneplácito de éste.
El guión está escrito por el mismo Sánchez Silva ayudado por Ladislao Vajda (también director de la película). Como digo Ladislao Vajda, "Carne horca"-1953 se hizo cargo de la dirección. Un cineasta nacido en Budapest que trabajó en diferentes paises como España, Portugal, Reino Unido e Italia entre otros, fue una pieza clave en el panorama cinematográfico español durante los años 40 y 50, y fue nominado en una ocasión para el Oso de Oro de Berlín y en varias ocasiones para la Palma de Oro. Fue jurado en el Festival de Cannes en 1958. La mayoría de la filmografía de Vajda gozó de un gran favor popular de critica. Y en la actualidad su obra está siendo valorada de nuevo y se le considera como uno de los nombres importantes de la cinematografía europea.
La historia nos lleva allá al siglo XIX a un pueblecito castellano, y en donde un niño recién nacido es abandonado a las puertas de un convento de frailes franciscanos. Tras bautizarlo, los frailes le ponen por nombre Marcelino y se encargan de su educación. Pasados unos años, el niño es ya el centro de la vida cotidiana del convento. Un dia descubre en el desván una imágen de Cristo crucificado. Marcelino se compadece de ese hombre con los brazos abiertos y le ofrece un pedazo de pan, que el hombre acepta. Mantienen conversaciones y en las semanas siguientes el niño le lleva siempre algo de pan y vino. El niño confiesa el deseo de conocer a su madre, que está en el Cielo y que nunca ha conocido...
Un bonito cuento, si señor, porque la historia es un cuento, un cuento contado por un fraile que baja al pueblo a visitar a una niña enferma.
Una película entrañable y creo que difícil de olvidar por todos los españoles, no es una obra maestra, pero si es una película muy intimísta. Una película cuya narración desborda emociones dramáticas aunque sin perder en varias ocasiones cierto carácter humorístico que deviene de las travesuras propias de un niño de cinco años. Cuenta con escenas memorables algunas de ellas cargadas de un gran dramatísmo y otras como digo con un cierto aire de comicidad, pero sobre todo tiernas muy tiernas. Atención a la escena en la cual el niño descubre por primera vez la imágen del Cristo.
Buena fotografía en blanco y negro creada por Enrique Guerner (Henrich Gartner), "Los últimos de Filipinas"- 1945. Un estupendo director fotográfico nacido en Radautz ciudad del antiguo imperio austro-húngaro. Y cuyos comienzos fueron en la industria del cine alemán en 1915. en 1937 se nstaló en España donde rápidamente se hizo un hueco gracias en parte, a la carencia de técnicos con experiencia en el cine sonoro de nuestro pais. Fue en esa época cuando se nacionalizó español por recomendación expresa de Franco.
Y en este drama religioso con niño incluido mostrándonos con su soberbia cámara unas imágenes filmadas algunas de ellas con un filtro especial que se asemejan como si de un lienzo se tratara, tal como ya las ofreciera la sublime "Jennie" ("Portrait of Jennie"-1948) de William Dieterle, llenas de grandiosos cielos y unos decorados fielmente retratados y sombras casi físicas, la sombra que proyecta la escalera en realidad está dibujada en el suelo.
La música corrió a cargo de Pablo Sorozábal, "María, matrícula de Bilbao"-1960. Un compositor nacido en San Sebastián. Comenzó a estudiar Teoría Musical en la Academia de Música de su ciudad natal, para pasar más tarde a formar parte de la Orquesta del Casino de San Sebastián, cuando solamente contaba 17 años de edad. Años más tarde y para ampliar sus estudios viajó a Alemania. Llegó a ser director de la Orquesta Sinfónica de Madrid. El tema principal "Canción de Marcelino" se publicó en varios paises y ocasiones y cuya canción cantaron en italiano los famosos cantantes Renato Carosone y Gigliola Cinquetti, años más tarde.
Magnífico Pablito Calvo, "Mi tio Jacinto"-1956 (posiblemente el mejor actor infantil del cine español), dando vida a Marcelino, ese niño que es abandonado a las puertas de un convento franciscano, y deciden hacerse cargo de él, y así crece junto a ellos entre travesuras y el cariño de todos los frailes. Que son ni más ni menos: Rafael Rivelles, "El beso de Judas"-1954, el Padre Superior, Antonio Vico, "La ironía del dinero"-1957, Fray Puerta, Juan Calvo, "Calabuch"-1956, Fray Papilla, Mariano Azaña, "Isidro el labrador"-1964, Fray Malo, Juanjo Menéndez, "Pecados conyugales"-1968, Fray Mudo, Joaquín Roa, "Viridiana"-1961, Fray Talán (a todos los frailes el niño les ponía un apodo). Y muchos más, aunque mención aparte tengo que reseñar a Isabel de Pomés, "Salto a la gloria"-1959, en el papel de la madre de Manuel el amigo "invisible" de Marcelino. Y a dos grandes del cine internacional: José Nieto, "El puente de los suspiros"-1964, metido en el uniforme del guardia civil y Fernando Rey, "Un marido de ida y vuelta"-1957, en el papel del fraile que baja al pueblo a visitar a una niña enferma.
Extraordinario el reparto de actores aqui elegidos por el gran Vajda.
En definitiva: No voy a decir que nos encotramos ante una obra maestra, pero si se trata de una película muy sobresaliente, excelentemente interpretada, dirigida y fotografiada, con un toque expresionísta que le viene muy bien a la historia. Una película religiosa muy dulce y emotiva, que toca sutilmente el tema de la muerte. Sobresaliente.
"Marcelino, pan y vino" logró en 1955 el Oso de Plata en el Festival de Berlín. Y Pablito Calvo tuvo una mención especial en el Festival de Cannes ese mismo año.
Como curiosidad, Pablito Calvo y Ladislao Vajda llegaron a trabajar juntos en las siguientes películas: "Un ángel pasó por Brooklyn"-1957, "Mi tio Jacinto"-1956 y "Marcelino, pan y vino"-1954.
En 1991 el italiano Luigi Comancini hizo un remake con el niño Nicoló Paolucci y con los españoles Fernando Fernán Gómez como el Padre Superior y Alfredo Landa, Fray Papilla, pero a decir verdad no logró el éxito esperado a pesar de las buenas intenciones de todos.
2 comentarios
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