El crimen de Cuenca (1980)
En recuerdo de: Amparo Soler Leal
Una crónica terrible de la España negra...
Magnífica película de género dramático y basada en hechos reales durante el reinado de Alfonso XIII.
"El crimen de Cuenca" está basada en una idea de Juan Antonio Porto "El bosque del lobo" (1970), un guionísta nacido en La Coruña, diplomado en Dirección por la Escuela Oficial de Cinematografía, siendo en la actualidad uno de los maestros de la escritura de guiones cinematográficos de España. En febrero de 2009 el Consejo de Ministros le otorgó la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes.
El guión corrió a cargo de Lola Salvador Maldonado "Tierno verano de lujurias y azoteas" (1992), una escritora y guionísta nacida en Barcelona que usa profesionalmente el nombre de Salvador Maldonado. Una mujer que comenzó escribiendo guiones radiofónicos para después pasarse al cine y la telrvisión, aunque también trabajó para el teatro, adaptando clásicos como "La gata sobre el tejado de zinc" en 1984.
La película está dirigida por Pilar Miró "El perro del hortelano" (1984), (que también colaboró en el guión), una cineasta nacida en Madrid cuyos primeros trabajos fueron para TVE como ayudante de dirección. Y de la pequeña pantalla saltó al mundo del cine como guionísta y realizadora, en 1982 ocupó el cargo de Directora General de Cinematografía hasta 1985, cargo que hizo de impulsar un total cambio estructural de la creación del cine español.
La historia nos traslada al año 1913 y concretamente al pueblo conquense de Osa de la Vega, para meternos en las vidas de Gregorio Valero y León Sánchez, amigos y vecinos de esta localidad. Pero un aciago dia son detenidos como autores de la muerte de un pastor de oficio y compañero de estos dos hombres. Son encarcelados y torturados atrozmente por la Guardia Civil, hasta admitir un crimen que nunca cometieron...
Extraordinaria película, si señor, extraordinaria y sobrecogedora. Una película que estuvo censurada un par de años en plena transición y tras su estreno corrieron rios de tinta, Una película que va más allá de mostrar un simple caso basado en hechos reales, y se erige en una monumental critica hacia los poderes tácticos, tales como la policia (en este caso la guardia civil), la iglesia y una oligarquía política y judicial que manejaban el pais como si fuera su propio cortijo.
Cuenta con unas escenas desgarradoras y sobrecogedoras (que le hacen que se le pongan los pelos de punta) y todas ellas narradas por una enorme tensión y austeridad. Las de la cárcel donde los dos protagonístas son brutalmente maltratados (la terrible escena de las uñas y la de las tenazas arracándolo el bigote) no le dejará impasible a ningún espectador. Escenas brillantemente filmadas en un color claro-oscuro (dando aún más tensión a la historia) por el hispano-alemán Hans Burman "Los girasoles ciegos" (2008), un magnífico camarógrafo y uno de los personajes más populares de la cinematografía española desde 1970.
Y en esta historia llena de torturas, mostrándonos unas fotografías fuera de serie, puesto que están trabajadas con una gran minuciosidad, tanto la de los interiores que son soberbias e impactantes, como la de los exteriores todas rodadas en los lugares donde sucedieron los hechos: Osa de la Vega, Belmonte, Tresjuncos y La Celadilla y soberbiamente ambientadas.
Muy adecuada la banda sonora poniendo otro punto a su favor, y llevada de la mano por el maestro Antón García Abril "La ciudad no es para mi" (1965), un compositor nacido en Teruel miembro de la Real cademia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) y Presidente de Honor de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis. En 2006 recibió el VII Premio Iberoamericano de Música Tomás Luis de Victoria, considerado el equivalente al Cervantes de la música clásica.
Y en este crimen que nunca se cometió, haciendo gala de su gran maestría y nos hace de participar en unos temas todos ellos con acorde a la historia a base de musica y coplas de principio del siglo XX, alguna de ellas mencionando el "crimen". Magnífica la música del maestro García Abril.
Mirad que crimen más feo
en la provincia de Cuenca
cometieron dos ladrones
a eso de las ocho y media
cuando el pastorcejo iba a mudar su caseta
le agarran los asesinos
y le cortan las orejas
lo pinchan con un cuchillo
lo atraviesan un costado
como al señor Jesucristo
le cortan en cien pedazos
lo sierran en veinte partes...
Grandes muy grandes las interpretaciones de todo el elenco interpretativo en sus papeles tanto desgarradores como a la vez veraces. Comenzando por Daniel Dicenta "El pájaro de la felicidad" (1993) y José Manuel Cervino "La dama de Porto Pin" (2001) metidos los dos en los torturados y atormentados cuerpos de Gregorio Valero y León Sánchez respectivamente, dos amigos y vecinos de Osa de la Vega (Cuenca) que son detenidos como autores de la muerte de un pastor de oficio y compañero de ambos. Los dos son torturados por la Guardia Civil hasta que ellos mismos se declaran autores de un crimen que nunca se llegó a cometer.
Seguidos por la recientemente fallecida Amparo Soler Leal "Paris - Tombuctú" (1999) como Varona la sufrida esposa de Gregorio, el gran Fernando Rey (aunque aquí todos son grandes), "Mi general" (1987) dando vida al cacique del pueblo Contreras que a la vez es un diputado de derechas, Héctor Alterio "Fumata blanca" (2002) como el juez Emilio Isasa, Mary Carrillo "Una mujer bajo la lluvia" (1992) metida en la piel de Juana, Assumpta Serna "Como un relámpago" (1996) en el papel de Manuela. Y atención a Guillermo Montesinos "Todos a la cárcel" (1993) haciendo de José María Grimaldos "El Cepa", en un pequeño papel, pero por el que gira todo el móvil de la película.
En definitiva: Una película áspera, cruda, desagradable como es la vida en ocasiones, y dura, como dura es la historia de aquella España profunda. Y en donde la gran realizadora madrileña lo supo retratar perfectamemte sin faltar ni acentuar nada. Sobresaliente.
Como anécdota. La película sufrió un duro revés al estar en contra de la misma, y hasta de el mismo gobierno de Unión Centro Democrática (UCD) cuyo presidente era Adolfo Suárez al mostrar las duras torturas por la Guardia Civil. El entonces ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva "secuestró" la película casi un año y medio, poniéndola a disposición militar. Finalmente su estreno se llevó a cabo a mediados de 1981. Es considerada la primera película prohibida por la Democracia, tras la desaparición de la censura durante la Transición.
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