Matar un ruiseñor (1962)
"Nunca entiendes de verdad a una persona a menos que consideres las cosas desde su punto de vista, a menos que escales dentro de su piel y camines por ella". Como matar un ruiseñor.
Extraordinaria película, en la que tanto su director Robert Mulligan, como su protagonísta Gregory Peck, estaban en verdadero estado de gracia, porque todo en ella es magnífico, pero con mayúsculas. Mulligan nos cuenta la historia de un abogado que tiene que defender a un hombre de raza negra, acusado de una violación. Una película de drama judicial pero creandose en ella un climax de terror por causa de ese cáncer llamado racísmo, y que por supuesto llega hasta límites insospechados. Cuenta con unas escenas para la historia, fotografiadas con un extraordinario prodigio. Y de las interpretaciones, todos sensacionales pero con un Peck, super-genial (la película de su vida), dando vida a Atticos Finch, ese valiente abogado dispuesto a jugarse su carrera y su prestigio, con tal de salvar la vida de un inocente. En fín, una película colosal en todos los sentidos.
Matrícula de Honor.
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Amelie -