Mala y bochornosa película, llena de chorradas por todas partes, y eso que la dirigieron cinco directores de renombre universal, siendo uno de ellos el fenomenal John Huston, pero aquí no se salva ni uno, contándonos una gilipollez como la Torre de Babel, de grande y de alta: las andanzas de un jubilado James Bond, parodiándole, hasta límites insospechables. La película, no es que sea mala, es terriblemente mala, y en donde la gracia no te la encuentras por ninguna parte, para mí, que todo el equipo o estaba borracho o drogado, porque ya no sólo son los directores, si no que cuenta con un ramillete de actores, de auténtica envergadura, pero que creo, que no eran ellos, si no unos primos lejanos suyos, porque quién se imagina a un Peter Sellers, a un Woody Allen, a un David Niven, a una Deborah Kerr, a un, a una, y así una lista de extraordinarios actores y actrices, capaces, por si sólos, de hacer una maravilla de película. Lo que digo o borrachos o agilipollaos, hasta más no poder. En fín, una película infinitamente mala, dos horas perdidas de mi vida, y lo que es peor, la cara de idiota, que se me ha quedado al verla. Dios quiera que su remake, sea mejor, y se me quite, porque si no, apaga y vamonos. Suspenso y es demasiado.
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