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¡Qué verde era mi valle! (How Green Was My Valley - 1941)

¡Qué verde era mi valle! (How Green Was My Valley - 1941)

  Pero recuerda, con la fuerza va la responsabilidad, hacia los demás y a nosotros mismos. Porque no puede vencer la injusticia con más injusticia, solo con la justicia y la ayuda de Dios.

  Soberbia película y todo una obra maestra de género dramático-familiar y de nacionalidad estadounidense y llevada al cine de una novela de Richard  Llewellyn. Un novelista y guionista nacido en Londres. Llevó una vida de viajes constantes. Antes de la 2ª Guerra Mundial pasó un tiempo trabajando en hoteles y escribiendo obras de teatro, trabajó como minero en una mina de carbón y fue allí donde produjo su novela más famosa. Después de la guerra, se empleó como periodista, informando sobre los Juicios de Nuremberg y luego como guionista para la MGM, para tiempo después firmar por 20th Century Fox donde acabó su carrera cinematográfica. Además de "¡Qué verde era mi valle!" otra de sus novelas también fue llevada al cine con la película "Un corazón en peligro" ("None But the Lonely Heart"-1944) protagonizada por Cary Grant y Ethel Barrymore que lograria el Oscar a la Mejor actriz secundaria.

  Del guión se hizo cargo Philip Dunne. Un cineasta nacido en Nueva York. Trabajó prolificamente desde 1932 hasta 1965 y pasó su mayor parte de la carrera cinematográfica en la 20th Century Fox. Fue uno de los principales organizadores del Secren Writers Guid. Trabajó con muchos y notables directores tales como: Otto Preminger, Carol Reed, John Ford, Elia Kazan. Estuvo nominado en dos ocasiones al Oscar por "¡Qué verde era mi valle!" ("How  Green Was My Valley"-1941) y "David y Betsabé"-1951.

  "¡Qué verde era mi valle!" está dirigida por John Ford. Un director nacido en Maine (Estados Unidos). Ford fue un considerado profesional generalmente indiferente a la aclamación de la critica que empezó a recibir al final de su carrera. Los criticos ha alabado a Ford por su intenso carácter patriotico, plasmado en los bellos paisajes de sus películas (sobre todo el Monumental Valley de Arizona), si no también en los propios humanos, presentados de manera estática e icónica. También se ha elogiado mucho su capacidad para comunicarse mediante imágenes en lugar de basarse en el guión escrito, que trataba de reducir al mínimo.

  Trabajando dentro de un sistema que a veces no le permitia elegir sus proyectos, Ford solia ser capaz de sacar algo interesante de guiones malos y repartos mal seleccionados, incluso las películas relativamente flojas como "Maria Estuardo" ("Mary of Scotland"-1936) que no ponen de manifiesto la perdonalidad del director, están realizadas de una gran competencia profesional.

  En sus mejores momentos, Ford hizo algunas de las obras memorables de Hollywood. "El joven Lincoln" ("Young Mr. Lincoln"-1939), demuestra su impresionante sentido de la belleza visual y su capacidad para transformar un guión algo pedestre, en una memorable hagografia. "La diligencia"("Syagecoach"-1939), resucitó el western que habia quedado relegado a la serie B. La película que presenta una memorable galeria de estereotipos, transformó el personaje de John Wayne en un mito nacional, explotado por Ford en otros westerns como "Rio Grande" -1950, antes de deconstruirlo en "Centauros del desierto" ("Seachers"-1956) y "El hombre que mató a Liberty Valance" ("The Man Who Shot Liberty Valance"-1962), donde exponía la superficialidad y la posible patología del solitario que rechaza la vida civilizada.

  Ford ya exploró las varias ideologias y exclusiones del western antes que los revisionistas del género posteriores a la época del auge de los grandes estudios. "El sargento negro" ("Seargent Rutledge"-1960) aborda el racísmo, mientras que "El gran combate" ("Cheyenne Autumm"-1964) adopta el punto de vista de los indios americanos empujados a la desaparición por el peligro de la extinción.Pero los trabajos de Ford en el género tienden a carecer de la sutileza moral de los mejores westerns maduros de los años cincuenta.

  En general sus westerns buscan su fuerza y vigor en la explotación de estereotipo Liberty Valance deconstruyen el mito de héroe/villano respaldando los dos aspectos y siguiendo su trágica lógica hasta su conclusión. Pero al no mostrar el dolor físico que causa la violencia y que otros tienen que soportar, Ford no pone en cuestión su legitimidad.

  Sus películas bélicas cuyo convincente realísmo debe algo a la experiencia de Ford como cineasta de guerra se caracterizan también en el patriotísmo incondicional de unos hombres inasequibles al desaliento. "No eran imprescindibles" ("They Were Expendeble"-1945) sigue la suerte de las tripulaciones de las torpederas que deben frenar el avance japonés en Filipinas sin esperanzas de recibir refuerzos de rescate. Es un himno inolvidable al valor con contenidas actuaciones que evocan indirectamente profundas emociones. "Misión de audaces" ("The Horse Soldiers"-1959) ambientada en la Guerra de Secesión, enfrenta a un agerrido coronel de caballeria totalmente real, con el médico del regimiento, que lamenta el  sangriento coste de la guerra, pero el debate filosófico no llega mucho más allá de un duro ataque de sensubilidad, para resolverse al auténtico estilo fordiano, con una pelea a puñetazos.

  Ford también tuvo éxito como adaptador de obras literarias de prestigio, para las que creó la atmósfera adecuada a base de una imaginación cuidadosamente diseñada. En la versión de "Las uvas de la ira" ("The Grapes of Wrath"-1940) de John Steinback, se evoca la pobreza de la Gran Depresión con una hábil mezcla de rodajes en exteriores y una cuidadosa sonorización. Esta técnica no dió buen resultado con "El fugitivo" ("The Fugitive"-1947) basada en "El poder y la gloria" de Graham Greene. Pero las películas de Ford más celebradas son las de temas célticos y sobre todo "El hombre tranquilo" ("The Quiet Man"-1952) y "¡Qué verde era mi valle!" ("How Green Was My Valley"-1941) que evovcan eficazmente la familia y la tradición, la vida rural y la desconfianza ante la modernidad.

  Asi pues, Ford nos lleva hasta un pueblo minero de Gales y nos mete de lleno en el seno  de la familia Morgan, todos mineros y orgullosos de serlo, respetan las tradiciones y la unidad familiar. Sin embargo, la bajada de los salarios provoca un enfrentamiento entre el padre y los hijos, porque mientras éstos están convencidos de que la unión sindical de todos los trabajadores es la única solución para hacer frente a los patronos, el cabeza de familia, en cambio, no quiere ni siquiera hablar de sindicatos ni de socialísmo...

  La película suma drama, familia e incluso comedia de costumbres. Esta película fue la última de Ford antes de servir cuatro años en la Marina durante la 2ª Guerra Mundial. El pequeño de los Morgan evoca sus recuerdos y adolescencia (de 9 a 19 años aproximadamente).

  El relato se presenta como una suma de episodios sucesivos, relativamente independientes, conectados por la persona de los mismos personajes. Inserta en varias ocasiones cuadros que aportan digresiones irónicas o cómicas, como la entrega de la carta del Palacio de Windsor o la visita del médico.

  También nos ofrece una magnífica descripción de caracteres, situaciones y costumbres. Nos explica el hábito de cenar sin hablar, la distribución de personajes en la familia, el grito milenario de comunicación entre los valles de la región, la cerveza como bebida popular, etc.. El relato es un único y largo flasback. Y su estilo narrativo es sencillo, claro y entrañable, como el de un cuento infantil.

  Los recuerdos entrelazan los hechos, los idealizan y los contemplan con añoranza y nostalgia. Se pasa revista a la proletarización de los trabajadores, la implantación de los sindicatos obreros, la primera huelga general indefinida en los valles mineros de Gales (1898), la crisis económica fenisicular, la emigración (Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica), el trabajo sin medidas de seguridad, la frecuencia de los accidentes laborales mortales, el despido sin preaviso, la reducción de salarios, etc..

  La historia se mueve en forma de una idea central. El ser humano ha nacido para ser feliz. La felicidad se basa en casos sencillos, asequibles y comunes (pasear por el campo, cantar, vivir en familia, participar en las celebraciones, compartir...). No falta la presencia de algunas de las constantes de Ford: el borrachín del pueblo, el médico, la capilla como lugar de encuentro social, las celebraciones religiosas como nexo de unión y cohesión social, la familia numerosa, la boda, la perdida de la inocencia, los niños, el bebé, el embarazo, el parto, los personajes curiosos (la Sra. Tossel, el profesor sádico...). Tampoco falta el humor, que Ford basa en figuras pintorescas (el boxeador Dal Bando), lances divertidos (cosquillas en los pies, hipo...), incidencias intempestivas (visita del Sr. Evans), inversiones del sentido de la acción (salva de puñetazos como clase de boxeo), escenas caricaturescas (visita del Dr. Richard), picardias (cubo de agua volando sobre la cabeza del padre), etc..

  La película afirma el valor de la familia. Rinde homenaje a la figura del padre como ejemplo, maestro y guia. Rinde homenaje a la madre, como simbolo de cariño, afecto y apoyo que une a la familia. Dedica un homenaje al Sr. Gruffidd como hombre abierto, liberal, inteligente y entregado en cuerpo y alma al servicio de los demás. Elogia el amor verdadero, defiende el divorcio y la dignidad de las madres solteras. Justifica el celibato. Denuncia la miseria del amor interesado y de conveniencia, las diferencias sociales, la injusticia social, la marginación y la exclusión social por razones de opinión, las malas lenguas, los prejuicios morales, la utilización politica de la religión, la intolerancia ideológica, etc..

  La banda sonora corrió a cargo de Alfred Newman. Un compositor nacido en Connecticut. Uno de los más importantes de la historia del cine en Estados Unidos, además de ser el autor de la característica sintonia de la 20th Century Fox. Consiguió durante su carrera 45 nominaciones al Oscar, de las cuales obtuvo la estatuilla en nueve ocasiones. En 1940 fue nominado por cuatro películas al mismo premio. Su colaboración con John Ford como con otros grandes directores fue muy prolifica. En su familia existen también otros compositores de música de cine. Era hermano de Lionel y Emil Newman, padre de Thomas, David  y Maria Newman, y tio de Randy y Joey Newman. Su último Oscar lo logró por "El rey y yo" ("The King and I"-1956) de Walter Lang.

  Y aqui, ofreciendo una partitura orquestal de 16 cortes y un bonito tema principal ("Huw’s Themme"). Las composiciones, adaptadas a la evolución del relato, suigieren los sentimientos de los personajes y de la comunidad y definen presagios. Como música añadida incluye varias canciones corales a cargo del grupo Wells Singers. Destacan "God Save the Queen" (mientras los hijos abandonan el pueblo) y "Men of Harlech" (secuencia inicial). 

  La fotografía en blanco y negro corrió a cargo de Arthur C. Miller. Un director de fotografía nacido en Nueva York. Comenzó su carrera en el cine a los 13 años de edad como asistente del cineasta Fred J. Balahofer y finalmente se unió a la Pathé cuando contaba 19 años convirtiéndose en director de fotografía de series de cuentos de 1914. Más tarde trabajó para Astra Film Co. En 1918 fundó junto con su hermano Bill la Motion Picture. En 1932 firmó un contrato a largo plazo con 20th Century Fox y se retiró en 1952 por motivos de salud, pero permaneció activo en la Industria como presidente de la Sociedad Esrtsdounidense de Cinematógrafos. Su última películs fue "El merodeador" ("The Prowler"-1951) dirigida por Joseph Losey y con un guión de Dalton Trumbo.

  Y aqui,  subrayando los cambios del paisaje, la familia y los habitantes del valle. Creando unas imágemes bien contrastadas, de cuidada composición, acusado claroscuro e inspiración expresionísta. Aprovecha la profundidad de campo para acompañar la acción principal con curiosas escenas en segundo y tercer término.

  La película se rodó en escenarios naturales de Santa Mónica Mountains (California) y los interiores en un plató de Fox Ranch (donde se recreó el pueblo).

  Magnificos todos los actores comenzando por Walter Pigdeon, "Tempestad sobre Washington" ("Advise & Consent"-1962) como Mr. Gruffyd; Maureen O’Hara, "Cuna de héroes" ("The Long Gray Line"-1955) como Augharad; Donald Crisp, "Fiebre en la sangre" ("Spencer’s Mountain"-1963) como Gwillym Morgan (el padre); Sara Allgood, "Lady Hamilton" ("That Hamilton Woman"-1941) como Beth Morgan (la madre); Anna Lee, "F de Flint" ("In Like Flint"-1967) como Bronwyn; Barry Fitzgerald, "El hombre tranquilo" ("The Quiet Man"-1952) como Cyfartha; Roddy McDowall; "Cleopatra" -1963 como Huw (el benjamin de la familia)...

  En definitiva: Toda una obra maestra del género. Una película que nos da toda una lección de la vida  que emana del corazón de la tierra. Una película imprescindible. Matricula de Honor.

  "¡Qué verde era mi valle!" logró cinco Oscar: Película, Director, Actor secundario (Donald Crisp), Fotografía (Arthur C. Miler) y Dirección artística (Richard Day y Nathan Juran).

  Como curiosidad: La película se iba a grabar en Gales y en technicolor, pero  fue impedido por la 2ª Guerra Mundial y los bombardeos nazis sobre las islas británicas. Finalmente se grabó en blanco y negro porque los colores de las flores de California no aparecian en los paisajes galeses y desentonaban mucho.

6 comentarios

Pablo -

Contento estoy de verte por aquimamigo Fausto Saludos!!!

Fausto -

Clásico inmortal de recomendación necesaria a todo buen cinéfilo Saludos Pablo.

Pablo -

Tu lo has dicho amamigo Saul Saludos!!!

Saul -

Hermosa y poetica pelicula.

Pablo -

Gracias por tu aportye Travis SDaludos!!!

Travis -

Una obra maestra asi sin más saludos Pablo