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La noche de los Oscars ( y 3 )

La noche de los Oscars ( y 3 )

  Como broche de oro, y para ya rematar esta fantástica noche de los Oscars, un breve repaso para comentar de que manera James Cameron lograra hacer de "TITANIC" algo más, que una catástrofe.

                                   "¡Soy el rey del mundo!"

  Corría el año 1987, cuando el cineasta James Cameron vió en la televisión un documental sobre el hallazgo de los restos del Titanic, hundido en las aguas del Atlántico. El testimonio de los supervivientes le impresionó de tal forma que, enseguida, comenzó a pensar en la idea de hacer una película sobre la tragedia. No obsatante, hasta 1995 no se involucró de verdad en el proyecto. La idea de Cameron no era hacer una película más de catástrofes, sino un gran espectáculo. Su proyecto era tan ambicioso que el estudio Twentieh Century Fox decidió aliarse con Paramount para poder afrontarlo. A pesar de todo, por entonces nadie se imaginaba que "Titanic" iba a ser la producción más cara realizada hasta la fecha.

  James Cameron se encargó personalmente de escribir el guión, dando casi mayor protagonísmo a la historia de amor que viven los dos jóvenes en el barco que al terrible naufragio. A la hora de componer el reparto, se barajaron los nombres de numerosas jóvenes  estrellas, como Chirs O’Donnell "Límite vertical" ("Vertical Limit") o Gwyneth Paltrow "Shakespeare in Love", pero el director confió los principales papeles a dos actores no excesivamente conocidos hasta ese momento: Leonardo Di Caprio "Red de mentiras" ("Body of Lies") y Kate Winslet "Descubriendo nunca jamás" ("Finding Neverland"). En julio de 1996 comenzó el rodaje de la película, con un presupuesto de 150 millones de dólares, en los estudios Baja Fox de México, donde se construyó una réplica casi a escala real del famoso transatlántico. El trabajo fue largo, duro e intenso. A pesar de que Cameron consiguió mantener controlada la compleja producción, no pudo evitar que los gastos aumentasen. Los ejecutivos de los estudios no tardaron en ponerse nerviosos. Al problema del coste enseguida se añadió el de la fecha de estreno. Todo se había diseñado para que la película llegase a las salas el 2 de julio de 1997, y algunos retrasos ponían en peligro las previsiones. El realizador tuvo que soportar presiones de todo tipo. En marzo de 1997 finalizó el rodaje con los actores e, inmediatamente, comenzó a ocuparse de los efectos especiales, uno de los platos fuertes de la producción. Hasta 18 compañías especializadas trabajaron paralelamente para hacer posibles los 500 efectos que precisaba el largometraje. Por medio de la tecnología digital, James Cameron pudo hacer verdaderas diabluras, y no sólo en las espectaculares escenas del hundimiento del barco. Pero las peores pesadillas de los ejecutivos de Fox y Paramount se hicieron realidad: el coste se había disparado hasta aproximarse peligrosamente a los 300 millones de dólares y la película no estaba lista para estrenar en la fecha prevista. Durante algunos meses, algunas publicaciones especializadas se hicieron eco de lo que estaba ocurriendo con "Titanic", sugiriendo que tal vez estábamos ante el mayor "naufragio" de la historia del cine. Absolutamente seguro de su trabajo, Cameron aguardó en silencio hasta que la película pudo estrenarse finalmente en diciembre de 1997.

  Lejos de ser un fracaso, "Titanic" pasó en poco tiempo a ser una de las películas más vistas de la historia del cine. Arrasó en las taquillas de todo el mundo y se convirtió en un auténtico fenómeno. Leonardo Di Caprio pasó a ser la indiscutible nueva estrella de Hollywood y a James Cameron no hubo ya nadie que se atreviese a hacerle un reproche. Esta arrolladora y espectacular mezcla de cine romántico y catastrófico consiguió, además, nada menos que 11 premios de la Academia. incluyendo el de mejor película y director.

  "El corazón de una mujer es un profundo océano de secretos."

 


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